miércoles, 5 de marzo de 2014

Mañana entretenida (PV)

Hoy he acompañado a mis padres al hospital, nada grave, pura rutina. El caso es que, nos hemos levantado muy temprano, únicamente, para poder conseguir aparcar en el parquing gratuito. La visita la tenía a las 10:30 de la mañana. Hemos llegado allí a las 8:45 y hemos tardado cerca de una hora para conseguir una plaza libre. Eso me hace pensar en la cantidad de gente enferma, gente que va de visita, madres que están pariendo, urgencias que van llegando y gente que trabaja allí. Un hospital con más de diez plantas, un edificio adjunto de maternidad, un edificio de neurorehabilitación y no sé que más, pero vamos, todo ello dedicado a la medicina. Así que imaginaos la cantidad de coches que había esta mañana allí.
Después, hemos ido a la cafetería a desayunar algo, para hacer tiempo. Nos hemos tomado unos cafés con leche, mi padre se ha comido un cruasán y yo un donut de azúcar. Mi donut estaba más seco que la mojama y los cafés con leche ardían cosa mala. Creo que la camarera estaba hasta el... moño de servir a tanta gente. Y yo pensaba "la suerte que tienes tú de tener trabajo, con la de millones de parados que hay ahora mismo", pero, claro, la entiendo, yo también he trabajado de cara el público y hay que aguantar mucho, muchísimo. También debe cobrar una miseria por la cantidad de horas que debe echar allí cada día. En fin, que al final, hasta me ha dado lástima.
Luego, hemos ido a la primera planta, donde tenía que ir mi padre. Había muchísima gente allí esperando, alguno ha confesado llevar una hora sin que le llamaran. Así que, he mirado el reloj, he visto que aún faltaba bastante hasta que le tocara y me he puesto a indagar en mi nuevo movil. Al cabo de unos diez minutos, ha pasado una enfermera pidiendo voluntarios para donar sangre. Curiosamente, en la cafetería, le había comentado a mi padre que siempre había tenido en mente lo de dar sangre, por eso de que hay muy poca de mi grupo sanguíneo y Rh. Así que, cuando le he dicho a la enfermera que quería ir, se ha puesto muy contenta, a pesar de ser la única que se ha ofrecido.
Como era la primera vez que donaba, me han hecho rellenar un formulario con unas cuantas preguntas, lo típico, si he tenido contacto con drogas inyectables, si he tenido hepatitis o enfermedades del hígado, si he tenido o tengo anemia, etc. Como soy una chica muy sana, que ni fumo, ni bebo, ni na de na de na, he puesto a la mayoría de las preguntas que no. Luego he pasado a una salita donde han cogido todos mis datos y los han introducido en el ordenador, mientras me tomaban la tensión que, por cierto, estaba perfecta. Incluso el chico que introducía mis datos en el ordenador, se ha tomado la licencia de piropearme y todo. Viendo que me he puesto como un tomate, porque soy bastante timidilla para estas cosas, se ha callado y no ha dicho nada más, pero no veas lo que me miraba... En cuanto hemos terminado con todo el papeleo, he pasado a la sala donde te sacan la sangre, con unas camillas muy molonas, de esas reclinables de pies y espalda (yo me pido una para las próximas navidades). Había dos enfermeras, una más jovencita y otra un poco más mayor que yo, muy majas las dos. La más jovencita, nada más entrar, me ha preguntado si llevaba el perfume de J'Adore. Me ha sorprendido que lo reconociera, hasta he llegado a pensar que llevo demasiado perfume, pero me lo ha dicho de una manera que parecía que no le importara que oliera demasiado. Después, me han explicado como funcionaba el tema y me han hecho unas pocas preguntas más. Cuando me iban a buscar las venas en los dos brazos, les he explicado que son un poco tímidas y les cuesta salir, se han reído con el comentario y pronto se han dado cuenta que no mentía aunque, parece que la del brazo derecho ha perdido un poco la vergüenza y se ha dignado a aparecer. En el momento que me iban a clavar la aguja, la jovencita me ha dicho que me girara para que no viera como lo hacía pero yo, que he visto un montón de películas sangrientas desde pequeñita, gracias a uno de mis hermanos, he mirado hasta el final. Me han dejado un quita-estrés de esos, para que no se me durmiera el brazo y fuera saliendo la sangre con fluidez. En total, me han sacado medio litro de sangre. Luego me han dado un zumo y me han ofrecido galletas y más cosas, pero como no tenía hambre, sólo me he bebido el zumo y me he llevado una botella de agua. En total, he debido tardar unos 20 minutos, aproximadamente.
Cuando subo otra vez a la primera planta, mis padres aún no habían entrado en la consulta. Entre tanto, he conversado con ellos, he observado a la gente que pasaba por allí y, ¡oh, sorpresa! ha pasado por delante nuestro un hobbit. Está muy mal que lo diga, pero era una mujer tan bajita que me ha recordado a estos seres mitológicos del sr. Tolkien. No he podido reprimirme y en voz muy bajita se lo he dicho a mi padre, que se ha puesto a reir. Después lo llamaron, le hicieron una prueba, ha tenido que volver a esperar a que le llamara el médico (como una hora esperando) y después, a casita.
La verdad es que tenía ganas de volver porque ya era casi medio día, tenía hambre y estaba un poco mareada por el medio litro de sangre que me han sacado. Así que el plataco de macarrones que me ha puesto mi madre, me lo he zampado de una sentada y casi sin respirar, hasta he repetido con los pocos que se ha dejado en el plato mi padre y ya es raro que yo haga eso.
Ahora estoy tranquilita, escuchando música relajante, bebiendo agua y escribiendo esta entrada que, espero os guste. Y recordad, si donais sangre, donais vida.
Un saludo a tod@s mis lector@s ;)


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